Lo acabo de encontrar en algún recoveco de la PC, me fue oportuno…

Hoy vivo las realidades como un martirio. A veces nos sentimos defraudando al amor. Por algo que creemos es más amor o coincide más con tal sentimiento que aquello a lo que en realidad amamos. Sabemos que es solo un mal, pero muy bien logrado, flash mental y nos quedamos congelados en esa postura facilita sin reacción como zombis con almas de estatuas.
Pero cuando uno si acciona, rechinan engranajes y se juega por esa visión, quizás se coma un chasco muy grande y quede despojado tanto de los febriles espejismos como del amor verdadero y real, ese el cual nos conforma de su existencia con el solo estar.
Y, en cambio, si lo sentimos tal como un flash. Como un superfluo sueño utópico y jugamos las fichas al premio seguro. Lo más probable que nos quedemos con las ganas, la leche, de de que nos posibilite revancha aquel buen mambo que dejamos escapar; eso que no sabíamos que carajo era ni de donde llegaba ni cuan oportuno se pretendía pero se parecía tanto a la energía afectiva del sentimiento mas grande y dolidos de todos, de ese sentimiento tan mal llevado del amor.
¿Ser o no ser, uno mismo o aquel tan cobarde que deja las balas de vida en el cartucho?...
Esas balas de manufactura angelical que carga el diablo en tu tambor, en el tambor del revolver que ponemos en nuestras sienes cuando jugamos a la ruleta rusa de lo concreto del delirio, de lo inseguro de la seguridad, de lo buenamente y sin demasiadas razones ficticio de la realidad...

TRIPACIO EL PROXETETTA